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Día Mundial del Sida 2020: Cifras y datos.

Desde finales del decenio de 1990 el mundo ha realizado progresos significativos, pero el VIH sigue siendo un importante problema mundial de salud pública. Al igual que muchas otras cuestiones principales, el VIH plantea retos adicionales durante la pandemia de COVID-19.

Los servicios de prevención, detección, tratamiento y atención relativos al VIH se están desarticulando, sobre todo en países con sistemas de salud frágiles. El colapso de los servicios esenciales relativos al VIH provocado por la pandemia de COVID-19 está poniendo en peligro muchas vidas. Cualquier retraso en la prestación de esos servicios expondrá a muchas poblaciones vulnerables a mayores riesgos de infección con el VIH y a defunciones relacionadas con el sida. No obstante, el personal sanitario y los representantes comunitarios de todo el mundo están haciendo todo lo posible por mantener esos servicios en funcionamiento, mediante la adopción de medios innovadores para superar los trastornos provocados por la COVID-19 en los servicios.

Datos y cifras.

1. El VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial, se ha cobrado ya casi 33 millones de vidas. Sin embargo, habida cuenta del acceso creciente a la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención eficaces del VIH, incluidas las infecciones oportunistas, la infección por el VIH se ha convertido en un problema de salud crónico llevadero que permite a las personas que viven con el virus llevar una vida larga y saludable.

2. Se estima que, a finales de 2019, había 38 millones de personas con el VIH.

3. Como resultado de los esfuerzos internacionales concertados para responder al VIH, la cobertura de los servicios ha ido aumentando constantemente. En 2019, el 68%% de los adultos y el 53% de los niños con el VIH estaban en tratamiento antirretrovírico (TAR) de por vida.

4. Una gran mayoría (85%) de las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia con el VIH también estaban en tratamiento con antirretrovíricos, lo que no solo protege su salud, sino que también previene que transmitan el virus a sus hijos.

5. A finales de 2019, se estima que el 81% de las personas con el VIH conocían su estado serológico. El 67% del total estaba en tratamiento antirretrovírico y el 59% había logrado suprimir el virus y, por tanto, el riesgo de infectar a otros.

6. A finales de 2019, el número de personas con acceso al tratamiento antirretrovírico era de 25,4 millones.

7. Entre 2000 y 2019, las nuevas infecciones por el VIH disminuyeron en un 39% y las muertes relacionadas con el VIH en un 51%, y se salvaron 15,3 millones de vidas salvadas gracias al TAR. Este logro fue el resultado de los grandes esfuerzos realizados por los programas nacionales sobre el VIH con el apoyo de la sociedad civil y los asociados internacionales en favor del desarrollo.

8. Debido a las deficiencias en los servicios relacionados con el VIH, en 2019 murieron 690 000 personas por causas relacionadas con el VIH y 1,7 millones de personas se infectaron.

9. En 2019, los grupos de población clave y sus parejas sexuales representaron más del 60% de todas las nuevas infecciones por el VIH en el grupo etario de 15 a 49 años (se estima que un 62%). En cada una de las siguientes regiones: Europa (oriental, central y occidental) y Asia central, Asia y el Pacífico, América del Norte, Oriente Medio y el Norte de África, estos grupos representaban más del 95% de las nuevas infecciones por el VIH.

10. La OMS define como poblaciones clave aquellas personas de determinados grupos de población que corren un mayor riesgo de adquirir el VIH en todos los países y regiones. Los grupos de población clave son: hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; personas que se inyectan drogas; personas recluidas en cárceles y otros entornos cerrados; trabajadores del sexo y sus clientes; y personas transgénero.

11. El aumento de la vulnerabilidad al VIH suele estar asociado a factores legales y sociales, lo que aumenta la exposición a situaciones de riesgo y crea obstáculos para acceder a servicios de prevención, detección y tratamiento del VIH eficaces, de calidad y asequibles.

12. Además, dadas sus circunstancias de vida, otros grupos poblaciones pueden ser particularmente vulnerables y correr un mayor riesgo de infección por el VIH, como las adolescentes y las mujeres jóvenes de África meridional y oriental y los pueblos indígenas de algunas comunidades.

13. Más de dos tercios de todas las personas con el VIH viven en la Región de África de la OMS (25,7 millones). Si bien el VIH es prevalente entre la población en general en esta Región, un número cada vez mayor de nuevas infecciones se produce entre los grupos de población clave.

14. El VIH se puede diagnosticar mediante pruebas de diagnóstico rápido que pueden proporcionar resultados el mismo día. Cada vez se dispone de más autopruebas de detección del VIH, que constituyen una alternativa eficaz y aceptable de incrementar el acceso a las personas a las que no llegan los servicios de los centros de salud de realización de pruebas de detección del VIH. Las pruebas rápidas y las autopruebas de detección del VIH han facilitado el diagnóstico y la vinculación con el tratamiento y la atención.

15. Aunque no existe cura para la infección por el VIH, el tratamiento con antirretrovíricos eficaces permite mantener controlado el virus y prevenir la transmisión a otras personas.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita la defensa  contra muchas infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de linfocitos CD4.

La fase más avanzada de la infección por el VIH es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que en función de la persona puede tardar muchos años en manifestarse si no se trata. Las personas con sida pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas crónicas de gravedad.

Fuente: OMS

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