El pico en los contagios de Covid-19 en la Ciudad de México se refleja en el número de atenciones que asisten los paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), como es el caso de Yesenia Flores, quien en dos días de su jornada laboral de ocho horas acudió al llamado de emergencia de 10 capitalinos, por quienes nada pudo hacer, ya que al llegar habían fallecido, presumiblemente a causa de esta enfermedad infecciosa.
Del 23 de marzo al 30 de abril, los paramédicos del ERUM atendieron 100 traslados de pacientes por probable Covid-19 a un hospital, es decir, un promedio de tres casos diarios, que en los recientes días se han incrementado.
Yesenia, quien desde hace ocho años es paramédico del ERUM, es el primer contacto con la ciudadanía, pues llega en motocicleta a dar la atención médica, mientras se prepara una ambulancia para realizar el traslado del paciente, en caso de ser necesario, a un hospital.
La paramédica, quien logró vencer a la enfermedad hace 15 días, lamentó la muerte de su compañera Rita Flores Badillo, la segunda que ocurre en el ERUM a causa de Covid-19, por lo que, dijo, entiende el sentimiento de los familiares de capitalinos, pero lamentó que tengan reacciones agresivas.
También son victimas de agresiones por ciudadanos.
Al ser entrevistada, recordó que el martes pasado acudió a los domicilios de seis capitalinos y ayer respondió a la solicitud de otros cuatro, cuyas ubicaciones se encuentran en colonias de Cuauhtémoc y Álvaro Obregón. Relató que hace unos días atendió el llamado de un paciente en la colonia Morelos, pero los familiares la agredían verbalmente por prácticamente no revivir a la persona, quien tenía Covid-19.
“Sí fueron bastante groseros, me decían: Yo quiero una ambulancia, yo pedí una ambulancia, por qué no haces nada”, señaló la paramédico de 28 años al recordar sólo un caso; en tanto, de otra familia recibió reclamos porque se colocó el equipo de protección consistente en cubrebocas, careta y guantes para evitar contagio.
Lamentó que la ciudadanía piense que la enfermedad no existe, que se autorrecete y que no siga las recomendaciones de quedarse en casa y mantener las medidas de higiene.
Aseguró que mientras tuvo la enfermedad, se aisló en su habitación y sólo fue asistida por su mamá, pero nunca le pasó por la mente dejar de trabajar como paramédico, al contrario, siempre tuvo el deseo de recuperarse para reintegrarse a sus labores y ahora sólo espera el momento idóneo para donar plasma para que pacientes con Covid-19 puedan recuperarse.
Mencionó que del director del ERUM, Guido Sánchez, tuvo el apoyo y la comprensión durante la enfermedad y agradeció la bienvenida, que definió de emotiva, pues la hizo por medio de la frecuencia de radio, en la que reconoció su labor al igual que la de sus compañeros, quienes nunca la discriminaron por padecer Covid-19.